Que dependemos de la electricidad para todo no es ningún misterio, pero, si algo evidencia el apagón de España y Portugal del 28 de abril de 2025, es que debemos estar preparados para que nuestros sistemas y empresas puedan asegurar sus datos frente a este tipo de incidentes o ciberamenazas.
El “apagón ibérico” de abril de 2025 se suma a una larga lista de grandes blackout mundiales, como el de Brasil de 2009, Italia en 2003 o el gran apagón de la India que afectó a nada más y nada menos que 600 millones de personas.
Pero, más allá de los grandes apagones que pueden suponer un evento masivo, los microcortes eléctricos o de conectividad a Internet pueden suceder en cualquier momento y por múltiples factores; desde desastres naturales y fallos humanos hasta averías técnicas y, por supuesto, ciberataques.
No se trata sólo de cómo prevenir los cortes de suministro eléctrico o de conectividad, sino de estar preparados para asegurar la información y el servicio frente a ellos. La cuestión no es si ocurrirá un apagón o ciberataque, sino de cómo minimizar su impacto. Aquí es donde la ciberseguridad, la redundancia de sistemas y las copias de seguridad en la nube se convierten en los grandes aliados de las empresas. Te contamos cómo preparar a tu empresa frente a un apagón o ciberataque. ¡Toma nota!
Contenidos
¿Cómo preparar la infraestructura digital de una empresa frente a apagones o ciberataques?
Las empresas que quieran prepararse frente a posibles apagones o ciberataques deben disponer de un plan de acción que incluya redundancia y copias de seguridad, para evitar la pérdida de datos.
Plan de acción en copias de seguridad y ciberseguridad para las empresas
Un plan de acción en ciberseguridad para las empresas es un protocolo de actuación frente a emergencias, apagones o cortes de conectividad que incluye un protocolo de copias de seguridad y la redundancia de sistemas, para mantener, en la medida de lo posible los datos y el servicio.
En este plan de acción deberías hacer una lista sencilla de los datos y programas que no pueden quedarse fuera de juego (facturación, correos, base de clientes…). Luego marca dos límites muy claros:
RTO (Tiempo Máximo de Parada): cuánto tiempo puedes estar sin esos datos o servicios.
- RPO (Punto de Restauración): cuánta información podrías perder como máximo (por ejemplo, trabajo de las últimas 4 horas).
- RPO (Punto de Restauración): cuánta información podrías perder como máximo (por ejemplo, trabajo de las últimas 4 horas).
Con este listado, diseña una copia de seguridad asequible. ¿Cómo? Pues muy sencillo, puedes guardar un duplicado en un disco duro externo o NAS en la oficina y otro en la nube (Google Drive, Microsoft 365…)
Aunque pueda parecer un trabajo difícil o costoso, lo cierto es que los servicios cloud cada vez son más asequibles y resulta mucho más cara la pérdida de información de la empresa. De hecho, según recoge el informe “Panorama actual de la ciberseguridad en España” de Google, el 60% de las pymes que sufren un ciberataque y no disponen de ese respaldo o backup, se ven obligadas a cerrar en los siguientes 6 meses.
Por último, dentro de este plan de acción deberías anotar quién se encarga de revisar las copias cada mes y los pasos para restaurarlas cuando haga falta. ¡Ah! Y ponte una alerta para repasar el plan dos veces al año, si tu negocio cambia, la planificación también debería hacerlo.
La redundancia de sistemas para mantener el servicio
La redundancia consiste en tener copias de los sistemas TI esenciales para garantizar que si uno falla, exista otro de reserva que pueda tomar su lugar. Podríamos decir que se trata de tener un plan B que permita restaurar el servicio de una forma rápida y segura.
En la práctica, los sistemas TI esenciales de una pyme abarcan todos los servicios que mantienen el negocio en marcha a diario: el programa de facturación y contabilidad, la base de datos de clientes o CRM, el correo electrónico, la página web o tienda online y, en comercios físicos el punto de venta (TPV).
Si cualquiera de estos componentes falla, la empresa puede perder ventas, dejar de emitir facturas o incomunicarse con clientes y proveedores. Por eso conviene clonar estas piezas clave en servidores alternativos, soluciones SaaS con alta disponibilidad o instancias en la nube, y comprobar regularmente que el traspaso al sistema de reserva funciona sin sorpresas.

Copias de seguridad en la nube: tu red de seguridad escalable
A diferencia de las copias locales tradicionales, las copias o backups en la nube ofrecen una solución flexible, económica y fácilmente escalable, especialmente adaptada a pymes y organizaciones con recursos limitados.
6 Claves de una buena buena estrategia de copia de seguridad en la nube
- Automatización diaria e incremental. Copia todo la primera vez y, después, sólo los cambios diarios para que el proceso sea rápido y siempre al día.
- Replicación geográfica. La nube mantiene otra copia en un centro de datos lejano; si una sede queda sin luz, tus archivos siguen disponibles y accesibles a través de Internet.
- Cifrado extremo a extremo. Los archivos viajan y se guardan con un “candado digital” para que nadie sin permiso pueda leerlos.
- Versionado y retención flexible. Se guardan varias versiones de cada archivo para recuperar lo que borraste o modificaste por error.
- Pruebas periódicas de restauración. Haz un simulacro cada trimestre para comprobar que sabes restaurar los datos y cuánto tardas.
- Modelo híbrido. Combina una copia local (para recuperarte rápido) con otra en la nube (para desastres mayores).
CONSEJO: Una solución de copia de seguridad en la nube bien configurada reduce drásticamente el coste de infraestructura propia y, al mismo tiempo, ofrece las mismas garantías de seguridad que sistemas locales más costosos.
Protocolo de ciberseguridad: prevención y respuesta ante ciberataques y apagones
Teniendo en cuenta que la prevención es el pilar fundamental de cualquier estrategia de ciberseguridad, contar con protocolos claros y actualizados permite anticiparse a ciberataques masivos y otros imprevistos como apagones o desastres naturales.
Estos protocolos incluyen aspectos formativos, control de accesos a la información, tratamiento de datos y cifrado de información sensible, así como planes de respuesta ante incidentes.
Para preparar a una empresa frente a un apagón o ciberataque debemos contemplar todos estos puntos que te mostramos a continuación y renovar los protocolos frente a las últimas ciberamenazas o problemas que vayan surgiendo.
Formación y concienciación del personal en ciberseguridad
Según el informe Verizon DBIR 2025, el error humano es la causa del 60% de las brechas de seguridad en las empresas, por lo que la formación a los empleados en aspectos como el uso seguro del correo electrónico o el guardado en carpetas en la nube es la primera y más importante vía para reducir riesgos y detectar amenazas de forma temprana.
Para una pyme o un autónomo, esa formación no tiene por qué ser costosa ni compleja: basta con dedicar 15 minutos al mes a repasar casos reales de phishing, configurar en grupo la autenticación en dos pasos y crear una sencilla “guía de buenas prácticas” pegada junto al ordenador (no reenviar correos sospechosos, comprobar siempre la dirección del remitente, usar contraseñas únicas…).
Existen plataformas gratuitas que envían simulaciones de ataques y miden si alguien hace clic; los resultados sirven para detectar puntos débiles y repetir el ejercicio hasta que todos lo superen. Convertir la ciberseguridad en un hábito cotidiano, igual que cerrar la puerta al salir, es la mejor vacuna contra accidentes digitales.
Restricción de accesos y segmentación de redes
Limitar los accesos externos y segmentar la red interna dificulta la propagación de malware y minimiza el impacto de un ataque o fallo técnico. Cada usuario y sistema debe tener solo los permisos estrictamente necesarios para su función.

Cifrado y protección de datos
El cifrado de la información sensible garantiza que, aunque los datos sean robados o interceptados, no puedan ser leídos ni utilizados por terceros no autorizados. Esta medida es especialmente relevante para datos almacenados en la nube o en ubicaciones externas.En España, el Informe de Ciberpreparación de INCIBE 2024 revela que las pymes que aplican cifrado integral reducen el impacto económico medio de una brecha a 78 000 €, frente a los 130 000 € de aquellas que no lo utilizan, con un ahorro cercano al 40 %. A nivel europeo, el ENISA Threat Landscape 2024 señala que las microempresas y pymes que protegen sus datos con cifrado tardan de media 30 días menos en recuperarse tras un incidente de seguridad, una diferencia crítica para la continuidad de un negocio.
Planes de respuesta y recuperación ante incidentes
La mejor manera de contener y mitigar el daño de un ciberataque o apagón es disponiendo de un plan de acción estructurado que incluya:
Aislamiento de los sistemas afectados para evitar la propagación de un ataque.
Notificación inmediata al equipo de respuesta a incidentes y, si procede, a las autoridades competentes.
Evaluación del alcance del daño y, a la hora de restaurar el servicio, empezar por los sistemas más críticos. En función de la actividad, los sistemas críticos varían, pero siempre son aquellos cuya parada interrumpe la facturación o la prestación de servicio. Por ejemplo, en una asesoría o gestoría, sus sistemas críticos serían el software de contabilidad y nóminas, base de datos de expedientes y declaraciones, y servidor de correo corporativo. En un taller mecánico, sería la aplicación de gestión de órdenes de trabajo o ERP, la base de datos de historiales y diagnósticos de vehículos o la terminal TPV para cobros y facturación al cliente.
Cualquier plataforma de la que dependan plazos legales, atención al cliente o ingresos directos debe ser la primera en recuperarse.
Veamos un caso práctico en materia de ciberseguridad y plan de respuesta para la recuperación de datos.
Imagina que el lunes por la mañana una asesoría contable abre sus ordenadores y aparece un aviso de ransomware: un programa malicioso que cifra (bloquea) los archivos y exige un rescate para devolverlos. Las declaraciones de IVA están inaccesibles y el software de contabilidad no arranca.

Lo primero que hace la persona encargada de informática es aislar el equipo afectado: lo desconecta de la red para que el virus no se propague. Después avisa a la dirección y contacta con INCIBE‑CERT (el centro público que ayuda a empresas españolas en incidentes de ciberseguridad) para registrar el caso y recibir apoyo.
Mientras se analiza el alcance real, se inicia en la nube una copia limpia del programa de contabilidad y se recuperan los datos guardados en la copia incremental de la noche anterior. Así se cumple el RPO o punto de restauración de 12 horas que la asesoría había definido: como máximo se pierden las operaciones de esa misma mañana.
En menos de dos horas la empresa vuelve a emitir facturas y, tras un chequeo completo de malware, el servidor original se reincorpora a la red.
La mejor forma de lidiar con un ciberataque o blackout es establecer un protocolo de actuación previo que incluya un sistema de ciberseguridad y redundancia, con estrategias de copias de seguridad basadas en la nube.
